Teoría y técnicas de estudio para grabar una locución

Cómo grabar la voz humana

Siempre que vayamos a hacer una grabación, debemos de tener claro cual es la fuente de sonido que vamos a grabar y entender bien sus características específicas.

Para grabar una locución es importante saber cual es el rango de frecuencias de la voz humana hablada y la extensión de sus armónicos.

Comparado con el rango entero del oído humano, la voz humana hablada, cubre relativamente un rango pequeño de frecuencias, básicamente se extiende desde los 100 Hz hasta los 6000 Hz y dentro de este rango de frecuencias, la parte más importante se concentra entre los 1000 Hz hasta justo un poco por debajo de los 500 Hz.

A pesar de que la voz humana hablada tiene poco contenido en altas frecuencias, la mayor parte de la energía de las consonantes ocurre por encima de los 1000 Hz. De esta forma, la pérdida de altas frecuencias puede afectar drásticamente la inteligibilidad.

Como un mínimo práctico, el ancho de banda de cualquier reproductor o sistema de sonido debe de extenderse desde los 300 Hz a los 3.500 Hz para ofrecer un mínimo de calidad y es en estas frecuencias donde se centran la mayoría de aparatos como teléfonos móviles, i-pads o otros tipos de aparatos reproductores como las pantallas de ordenadores, etc.

Generalmente la inteligibilidad de una locución puede ser mejorada introduciendo un aumento o pico de 3 a 6 dB en el rango de frecuencias que va desde los 2 kHz a los 5 kHz.

El micrófono es uno de los elementos importantes a la hora de grabar una locución, pero no siempre el micrófono más bueno y más caro es la mejor opción. Si disponemos de un estudio de grabación insonorizado y bien diseñado acústicamente un buen micrófono de condensador de gran calidad será una buena opción pero ese mismo micrófono utilizado en un Home Studio de casa en medio de una ciudad sin insonorización y sin un buen acondicionamiento acústico captará, además de la voz de la locución, todos los ruidos de tráfico y vecinos que nunca te habías percatado que se escuchaban y en este caso, sería una mejor opción un micrófono mucho más duro y menos sensible como un micrófono cardioide o hipercardioide de tipo dinámico.

Como acabamos de ver, la insonorización es muy importante así como el acondicionamiento acústico del lugar destinado a la locución evitando las reflexiones de la fuente de sonido hacia el micrófono.

La posición al frente del micrófono es otro de los elementos indispensables. La distancia al micrófono hará variar la relación entre el sonido directo y el ruido ambiental.

También hay que pensar que el acercarse mucho a muy pocos centímetros del micrófono cardioide se produce un efecto de proximidad que produce un low-end exagerado. Esto puede ser bueno para el efecto dramático, pero debe ser evitado si estás buscando una grabación fiel a la original.

Una distancia apropiada puede estar entre los 15  y los 25 cm del micrófono dependiendo siempre del tipo de micrófono y de las características del locutor.

Además, colocar el micrófono ligeramente fuera del eje de la posición de la cabeza en lugar de colocarlo directamente frente a la boca, reducirá la cantidad de respiración que golpea el diafragma del micrófono. Tómate un tiempo para experimentar con su configuración específica para ver lo que mejor le suena.

Colocar entre el locutor y el micrófono un filtro anti-pop ayudará a reducir golpes de aire innecesarios.

Por último, mira bien el nivel de grabación de la señal para evitar “clipping” o distorsión digital y comprueba con unos buenos auriculares la calidad de la grabación especialmente si no estás en un estudio de grabación bien acondicionado.